domingo, 8 de diciembre de 2013

Lo realmente bueno, no vale por lo que dura sino por las huellas que deja.


































Cuando miro hacia atrás... cuanto camino recorrido juntos!!!
Cuántos obstáculos logramos superar, cuantos ricos intercambios compartimos, cuánto “correr atrás de los módulos” como decía Laura en aquel foro dónde nos preguntaban “¿Cómo vamos?”  Pero todo eso, sirvió para tener un buen estado físico y lograr escalar, aunque sea un poco, esa montaña de conocimientos sobre evaluación que nos presentaron. Ahora, parados en este punto, nos queda respirar profundo, tomar aire fresco, observar lo recorrido y reflexionar sobre lo hecho.
Cuando comencé con esta propuesta, mis saberes sobre evaluación eran los básicos e indispensables para poder resolver la situación evaluativa de forma aceptable.
Valoro de todo este trayecto, la posibilidad de repensar no sólo la evaluación misma, sino el poder moverse más allá de eso y, después de lo aprendido me animo a decir, que me permito repensar mi práctica docente toda: mis objetivos, mis propuestas, la forma de colaborar en la construcción del conocimiento de mis alumnos, este construir y reconstruir que nos brinda el feedback con el estudiante, la necesidad de formar individuos críticos, cómo acompañar al alumno para que llegue a lograr un pensamiento de nivel superior y en base a todo esto, cómo hacer para lograr  reflejarlo en la evaluación propuesta.
De los distintos recursos utilizados, voy a poner especial énfasis en las rúbricas.
Si bien en el ámbito docente había escuchado mucho sobre ellas, la información que tenía hasta el momento era escasa y me llegaba de fuentes inciertas.
Destaco entre las ventajas que les brindan los alumnos, la claridad a la hora de conocer los objetivos que persigue el profesor y la facilidad para reconocer  sus logros y sus dificultades para plantearse a posteriori, el replanteo de las mismas.
También las rúbricas podrán utilizarlas como medio de  autoevaluación, lo que les permitirá reconocer sus avances.
Para el docente, las rúbricas son  elementos que facilitan la evaluación y calificación del desempeño del aprendizaje de los alumnos a partir de distintas gradaciones de criterios concretos, indicando finalmente los distintos niveles de rendimientos logrados.
Es muy común para nivel medio, que los docentes, además de las calificaciones que surgen de las evaluaciones tomadas en el trimestre, califiquen a los alumnos con una nota de concepto.  Pero ¿Qué entiende por concepto cada profesor? ¿Qué espera el profesor de un alumno para que logre tener buen concepto?
Si se entiende "concepto" a que el alumno trabaje en clase, responda preguntas de sus compañeros, extracte correctamente datos, analice y refute las voces de otros alumnos, etc. entonces este desempeño (permítanme cambiarle el título: en vez de concepto llamarlo desempeño) podría ser evaluado con una rúbrica. Si fuera así, tanto alumnos como docentes conocerían los criterios tenidos en cuenta para la evaluación y esto podría ser una guía para los alumnos, por lo que creo que la rúbrica es un recurso TIC, ideal para esta evaluacíon de desempeño.
Por último, quiero referirme al portfolio, al que considero como una producción del alumno, en la  que reflexiona sobre su propio aprendizaje, a partir de espacios de  comunicación e intercambio permanentes con el profesor/tutor.
Por este motivo, creo que es el portfolio el recurso evaluativo mediado por TIC, que permite evidenciar el camino que el alumno asume que el hizo para aprender.
Conceptos teóricos, como metacognición, habilidades de pensamiento superior, feedback, autoevaluación, etc. deben ponerse en práctica para lograr crear un portfolio.
 Después de mirar nuevamente este camino que recorrimos juntos, creo que todos nosotros descubrimos una nueva mirada dinámica sobre nuestras propias prácticas, abierta a la posibilidad de rediseñar las estrategias que seguiremos tanto a la hora de enseñar como a la hora de evaluar, para lograr despertar en nuestros alumnos acciones que favorezcan el desempeño de comprensión, la posibilidad del trabajo colaborativo, la incorporación de estrategia formativas y la autoevaluación como una nueva oportunidad de aprender, y en donde las TIC aportarán los soportes y recursos tecnológicos para lograrlo. 
Agradezco a cada uno de los que hicieron posible que transitara este camino: docentes y tutores de Citep y a mis queridos compañeros de viaje, que me abrieron las puertas de sus aulas, para observar sus clases y reflexionar juntos sobre nuestras prácticas y dejaron como resultado, huellas imborrables.




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